Delta verde

septiembre 1, 2014 de sarasanmi 3 comentarios

El amor, que se transmuta en dolor para desembocar en la rabia. Formando un delta de canales y afluentes donde se mezclan todos los sentimientos que guardé para ti.
El deseo, tan fuerte e incendiario que abrasó gargantas y corazones, que nos volvió adictos a la piel del otro, al sabor a sal de las madrugadas.
La complicidad de las noches sin fin, sin silencios, sólo humo y confidencias. De ahí salieron nuestros demonios, los que hoy me persiguen por que en su momento no los quise ver.
El amor que crece siempre en tierra de nadie, sin preguntar si estás preparado, sin importar sí eres el verde adecuado, embistiendo las presas de papel que construí para evitar dejarte entrar.
El dolor al vislumbrar lo que nunca quise ver. Que nunca fui yo, que siempre fue otra, que yo no era más que un canal para mitigar tu desidia, para matar tus ganas. Que yo nunca importé en esta historia, que la historia siempre fue vuestra.
La rabia al ver que mi voto de confianza no es más que papel mojado en tu bolsillo, que mi corazón no importa, que fue un gesto absurdo abrirte las puertas de mi muralla, guardar mi traje de heroína y presentarme desnuda ante tus flechas.
Rabia al ver la traición. Ganas de liberarme de toda tu ponzoña, que se mezcle tu veneno con la sangre de mis venas derramada en este delta, cubriéndolo todo con el agua salada que amenaza con desbordar mi cara.
Por qué ya está. Por qué ya no hay más que decir, que las palabras no son más que conjuntos de letras que pierden valor cuando se convierten en aire. Y eso es lo que son tus palabras, verde mío, aire vacío, viciado de mentiras y confusiones, perdido en los rincones de tu laberinto. Aire de dudosa confianza que ya no quiero respirar.