Viaje a Albacete surge a raíz de una conversación entre dos amigas. Algunos días después, desayunando con una de ellas, se refirió dicha conversación y me dejó varios días dándole vueltas al tema. Hoy quiero compartirla con vosotros. 
La cuestión es la siguiente, el destino final de las dos es Albacete. Qué no sé por que escogieron Albacete, que no tengo nada en contra, pero es que yo tiro más para Cuenca…
El caso es que para llegar a su destino, cada una hace un camino diferente. Una va en coche, con todas sus revisiones pasadas, depósito lleno, el estado de las ruedas comprobado, papeles en regla y a mano. Decide ir por carreteras secundarias (mucho más seguras que la autopista, dónde va a parar!), no traspasa los límites de velocidad, para cada dos horas como marca el manual del buen conductor, todo contención y seguridad para llegar sana y salva a destino. En cambio, su amiga sale de casa con lo mínimo imprescindible y se dirige como no, a Albacete, pero de camino pasa por Helsinki, Sydney, Moscú, California, Kenya y Budapest. Al final, las dos llegan a la vez a la ciudad manchega, pero cada uno ha escogido su camino y ha cargado su mochila. Han vivido sus propias experiencias partiendo de quien ya son, han crecido y han cambiado, pero cada una a su ritmo, a su manera.
Creo que la vida es eso, un viaje a Albacete. Y esto es lo primero que tenemos que asumir, que nos dirigimos hacia algún lugar, que todos tenemos nuestro Albacete particular y que lo realmente importante no es el destino, si no el viaje en si. Cada uno es libre de elegir su camino, su transporte, su mochila y sus paradas. Nos encontraremos en mil y una encrucijadas, seguro que más de una vez nos desanimaremos y estemos tentados a abandonar, quizás un día queramos llegar pronto y tiraremos de atajos, y tal vez a la mañana siguiente habremos cambiado de opinión y paremos a ver la puesta de sol en Ciudad del Cabo. El camino tendrá etapas duras, muy duras, pero siempre podéis escoger que canción escuchar, que guardar en la mochila, que lastre soltar. Lo importante es no dejar de avanzar.
Así que levantaos de vuestro sofá, coged el equipaje que queréis arrastrar y decidid como queréis empezar vuestro paseo. Yo, por mi parte, avanzaré bailando, como siempre.
Nos vemos en Albacete y nos tomamos unas cañas? Yo pago la primera ronda!
Libélulas en la piel 
agosto 14, 2013 en 6:48 pm
Y yo la segunda !!
Besazos